Huacho: niñas eran obligaban a ingresar a penal para prostituirse
Son siete menores de nacionalidad venezolana en cuyos brazos llevaban los sellos de ingreso al presidio.
La Fiscalía investiga la presunta participación de las autoridades del penal de Carquin, en la denuncia de casos de prostitución de menores dentro de ese presidio en Huacho. El caso se conoció tras la difusión de una denuncia, a través del programa ‘Domingo Al Día’. Según el dominical, serían seis las adolescentes de 16 y 17 años, quienes ingresaron más de una vez al presidio para satisfacer el deseo sexual de la poblacion penal.
El caso se conoció tras allanar el prostíbulo El Rosal, en Huaral, usado como centro de acogida por una mafia de trata de personas. Dentro de una pequeña habitación, personal de la policía especializada ubicó a las menores de nacionalidad venezolana de iniciales Y.A.S.O.(17), W.V.B.S (17) y M.H.R. (16). De otras cuatro se verifica su identidad.
“Rescatan a ocho menores y una adulta de 19 años, víctimas de explotación sexual. La particularidad de la intervención en el inmueble de acogida es que se advierte que las menores presentaban sellos en los antebrazos de registros de ingreso al penal. Se determina en la investigación que dos veces por semana ellas eran conducidas al penal para ser explotadas sexualmente”, precisó el Coronel Manuel Díaz Barco, de la división contra la trata de personas.
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Las sospechas de los agentes se confirmaron con la detención, de Fannyber Pérez Vássquez, alias “la Tuerta” y Kelvin Rafael Almanza Vásquez, conocido como “Pinky”, ambos venezolanos. Otras tres personas más fueron apresadas. Las indagaciones establecieron que la pareja lideraba la organización que tenía a presos de Carquin como a sus mejores clientes.
Alias “la Tuerta” era la encargada de trasladar a las jóvenes en una mototaxi, esperarlas y devolverlas al centro de acogida que era visitado en las noches por numerosos parroquianos. Perez hacía labor de contención y seguridad. Las menores estaban prohibidas de salir solas a la calle. Hacerlo significaba aparecer sin vida en algún desolado lugar.
CÓMO LO HACÍAN
La Fiscalía busca establecer si las autoridades de Carquin conocían del negocio que cada semana se instauraba entre los barrotes. Ante la emisión del reportaje, el INPE no se había pronunciado al respecto.
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