¿QUÉ ES EL PODER CREADOR?

Desde tiempos muy antiguos el ser humano se ha cuestionado sobre su existencia, una de los primeros sistemas que se desarrollaron para interpretar el mundo fue aproximadamente entre los años 600 y 200 a.C. cuando aparece en la India la clase sacerdotal (Brahmánica), quienes desarrollaron un sistema filosófico unido a un sendero místico y devocional. El postulado central se basó en que el mundo exterior es un reflejo del mundo interior, por lo que si deseas cambiar lo exterior debe cambiar tu interior. Para lograr cambios, la persona debe sentir en su interior una íntima relación o unión con la esencia divina o verdadero ser, la comunión con Dios para los cristianos. 

El versículo 26 del libro de Génesis alude a los poderes y facultades que el ser humano hereda de Dios, como su hijo. Es decir, todos los poderes de Dios los tiene el hombre en potencia y ha de desarrollarlos con esfuerzo propio. Nada le es dado si no lo desarrolla en el tiempo. El poder creador es el poder del verbo, o gran fuerza creadora que está formada por el pensamiento, la palabra, el sentimiento y la acción.    Con este poder, el ser humano construye su propia vida, al hacer uso de su libre albedrío y elegir consciente o inconsciente sus acciones y comportamientos.  Es decir, el hombre es creador al dirigir y producir las condiciones en que vive, aunque ignore que tiene ese poder.

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La gran pregunta que surge es ¿Cómo se da este proceso creador?, la base de este poder creador se encuentra en el pensamiento y sentimiento. La metafísica señala que todo cuanto existe en el mundo debe su origen a la combinación de pensamiento y sentimiento. El pensamiento lleva el patrón mental o imagen proyectada por la mente. Cuando un pensamiento es intenso, alrededor de esa imagen van agrupándose los átomos que constituyen la sustancia material o forma y, finalmente, la fuerza del sentimiento expresado a través de la palabra da vida a la idea convirtiéndola en una realidad concreta. No hay nada en el mundo visible que no haya sido pensado y sentido antes de realizarse externamente.

Desde el ámbito científico, investigadores como el físico David Bohm, propone la concepción holográfica de la conciencia. El modelo holográfico de la conciencia se basa en que la noción con que trabaja la conciencia no se almacena en ningún lugar especial sino más bien por todo el cerebro o por extensas áreas del mismo, y cada vez que la información se utiliza, se hace una selección recogiéndola de todas partes, lo mismo que ocurre en el holograma existente fuera del cerebro. De acuerdo a esto, la conciencia se perfila como un proceso cuántico que organiza el mundo visible o material. El Universo, la vida y las interacciones sociales se comportarían también como partículas elementales organizadas por la conciencia. La Universidad de Arizona ha reforzado la teoría de que la conciencia y las funciones de la biología molecular se comportan como partículas cuánticas. Es importante indicar, que la teoría de la conciencia cuántica es un campo nuevo de estudio.

Desde el enfoque clásico, el cual considera la conciencia como una función neuronal, los estudios realizados por la Universidad de Australia apoyados en la nueva tecnología MEG (magnetoencefalográfica), que permite estudios en todo el cráneo de los campos eléctricos de oscilación y sus asociados campos magnéticos, han determinado que los pensamientos generan campo eléctricos mediante las conexiones neuronales, mientras que los sentimientos generan campos magnéticos, por lo que pensamiento unido a sentimiento generan campos electromagnéticos que permitirían la materialización de una realidad concreta.

De lo anterior podemos corroborar que los hallazgos científicos cada vez más están confirmando los postulados metafísicos y conocimiento ancestral, que hasta hace unas décadas atrás se consideraban misticismo.  En lo cotidiano, lo que resulta importante para cualquier ser humano es mantener sus pensamientos y sentimientos en armonía, pues de lo contrario, la energía no controlada pasara atraves de ellos produciendo situaciones poco deseadas de forma consciente. Un noventa por ciento de la manifestación se da por el sentimiento, al tener el mayor potencial de energía para materializar las cosas, ya sean buenas o malas. Por lo que es necesario trabajar en las creencias o juicios que generan sentimientos de ira, venganza y odio, de envidia, egoísmo, rencor, etc., pues perturban la vida de la persona y del ambiente que lo rodea. Todo sentimiento negativo genera malestar y destrucción, y produce separación por falta de amor.

Carmen Lescano Silva

Profesora de Yoga, Ayurveda,

Coach ontológica.

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