UNA PRESIDENTA EN NUESTRO BICENTENARIO

Al cumplirse doscientos años de independencia y de vida republicana, la historia pareciera mostrar que, por primera vez en el Perú, una mujer sería la primera mandataria de la República en el bicentenario patrio.

Por esas paradojas e ironías del destino y de la política, la candidata Keiko Fujimori no pertenece a la izquierda progresista que tanto habla del empoderamiento de la mujer en la política peruana; todo lo contrario, Keiko Fujimori proviene de un sector político conservador que promueve un modelo económico liberal y que plantea mantener la estabilidad constitucional, motivo por el cual se podría decir, que representa a una derecha moderada en el Perú o para ser más precisos, a una derecha popular y social.

Gran ironía que deja la historia al progresismo izquierdista, que tanto ha propugnado sus frases de igualdad de género, la inclusión de la mujer en la política, el empoderamiento femenino y una serie de conceptos que parecieran haber dejado de lado, dándole la espalda a la gran oportunidad histórica de tener a una mujer como presidenta del Perú.

Esa misma izquierda ultra progresista que levanta las banderas del “empoderamiento femenino” por calles y plazas, ahora prefiere como presidente a un candidato intolerante, de poco talante democrático y con serios problemas en sus relaciones con los medios de comunicación; pero sobre todo, apoya a un candidato, que viene maltratando en todas formas a una mujer, por el solo hecho de ser su contrincante política.

Pareciera que todo el discurso edulcorado de las ONG feministas, de las izquierdas progre y de los defensores de la mujer quedó atrás; prefieren hacer un silencio cómplice a favor de un comunista, marxista y machista, develando la careta de la gran engañifa de la falsa lucha caviar a favor de la mujer.

Finalmente, el pueblo peruano tiene en sus manos la gran oportunidad de defender su democracia, apostando por un modelo de gobierno que no pretende quebrar el orden constitucional, bajo el liderazgo de una mujer como Keiko Fujimori, que tiene una responsabilidad histórica para conducir el inicio del bicentenario patrio con prudencia e inteligencia. Los peruanos tenemos la responsabilidad de ejercer un voto consciente, pensando en el futuro de las siguientes generaciones. Hasta la próxima semana.

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