Un fruta deliciosa que la puedes utilizar de muchas formas y ayuda a la digestión: Fresa

Contiene fibra, manganeso, acido fólico y potasio y poderosos antioxidantes.


Las fresas son una fuente excelente de vitaminas C y K y proporcionan una buena dosis de fibra, ácido fólico, manganeso y potasio.

Contienen cantidades significativas de fitoquímicos, nutrientes que no son esenciales para la vida, pero tienen efectos positivos en la salud. A lo largo de la historia, han sido usadas en contextos medicinales para aliviar problemas digestivos, irritaciones de la piel y para blanquear los dientes.

Su contenido de fibra y fructosa podría ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre al hacer que la digestión sea más lenta.
A la fibra se le atribuye proporcionar sensación de saciedad. Las hojas se pueden comer crudas, cocinadas o utilizar para hacer té.

El vibrante color rojo de las fresas se debe a grandes cantidades de antocianina, lo que significa que contienen poderosos antioxidantes y se piensa que protegen contra la inflamación, el cáncer y enfermedades cardíacas.

Así se hace

Escoge las fresas que estén firmes, carnosas, sin marcas ni moho.

Busca las que tengan un color rojo profundo y brillante con sus coronas de hojas bien verdes.

Una vez cosechadas, las fresas no siguen madurando, así que evita las que están opacas o tienen partes verdes o amarillas.

Lávalas, trátalas con cuidado y sírvelas a temperatura ambiente.

Trata de escoger las fresas cultivadas localmente durante la época de cosecha, pues serán las más sabrosas.

El aroma puede ser un indicador de calidad.

Son altamente perecederas, así que es mejor comerlas rápidamente.