Terror en Comas: Colegio cierra sus puertas por amenazas de extorsionadores

La institución educativa, con 44 años de historia, paralizó sus actividades ante la falta de garantías de seguridad para su comunidad escolar.


El miedo volvió a ganar. La delincuencia y las redes de extorsión que azotan Lima han cobrado una nueva víctima: la educación. Esta semana, el colegio Hans Christian Oersted, ubicado en el distrito de Comas, se vio obligado a cerrar sus puertas de manera indefinida, luego de recibir constantes amenazas por parte de presuntos extorsionadores.

A tan solo dos días del inicio oficial del año escolar, el colegio Hans Christian Oersted emitió un comunicado anunciando la suspensión total de sus actividades ante las constantes amenazas de extorsión. Ante el peligro inminente y la falta de garantías, los directivos del colegio tomaron la difícil decisión de paralizar sus actividades.

La institución, que brindó formación académica durante 44 años, se convirtió en blanco de mafias que exigían pagos a cambio de «protección». De no hacerlo, los delincuentes advertían que atentarían contra la integridad de docentes, padres de familia y estudiantes.

En el mensaje, la institución informó a los padres de familia que procederán con la devolución del dinero de las matrículas ya pagadas y recomendaron inscribir a sus hijos en otros centros educativos, dejando en claro que, por el momento, no existen las condiciones mínimas de seguridad para retomar las clases.

Ante esta ola de violencia, los padres de familia de Comas han comenzado a exigir la intervención de las Fuerzas Armadas. Consideran que la presencia policial ha sido insuficiente y que el riesgo para sus hijos es demasiado alto como para dejarlo en manos de medidas tibias.

Colegios han optado por la modalidad virtual

El caso del colegio Hans Christian Oersted no es el único. En las últimas semanas, otras instituciones del distrito también han sido blanco de mafias. Sin embargo, diversos centros que optaron por virtualizar sus actividades.

El colegio Oersted consideró que ni siquiera esa opción ofrecía garantías suficientes. Debido a que, algunas experiencias recientes en Lima Norte muestran que los extorsionadores han llegado a interrumpir incluso clases virtuales, exigiendo dinero y sembrando el miedo.