POR LISURIENTO, VA PARA ADENTRO

Gracias a todos los seguidores de esta humilde columna por las innumerables muestras de afecto. Vamos dos años en este espacio que es suyo. Me alientan a seguir ampliando el anecdotario que vivo en las calles limeñas.

Jueves (11.15 a.m.) Transcurro muy tranquilamente rumbo a casita por el Jr. Huancayo, clásica vía del barrio sanmartiniano cuando de pronto soy testigo de un hecho inusual.

Para que puedan comprenderme describo el escenario: 1. A mi derecha una fila de mototaxis en clara actitud de espera de pasajeros; 2. Un mototaxista venía en sentido contrario a donde yo estaba; y, 3. Un auto venía tras suyo.ueves (11.15 a.m.) Transcurro muy tranquilamente rumbo a casita por el Jr. Huancayo, clásica vía del barrio sanmartiniano cuando de pronto soy testigo de un hecho inusual.

Todo muy bien cuando de pronto el joven conductor del mototaxi da un giro sorpresivo a su izquierda y, al parecer, el auto que venía detrás suyo no lo vio y le golpeó la llanta con su parachoques. Este pequeño impacto hizo que la unidad menor se inclinará a tal punto que por poco se voltea delante de mío.

Baja furibundo el joven y hace gesticula violentamente contra el chofer del auto que tuvo que detenerse en seco. El carro llevaba lunas polarizadas y de ello aprovechó el mototaxista para lanzar una andanada de lisuras. ¿Qué te pasa?, ¿estás loco #$%#$? y una sarta de insultos de origen venezolano. Hasta quiso patear el auto y romper el espejo retrovisor en su desatada ira.

De pronto desciende del auto una fornida dama con anteojos solares y lo queda mirando de pies a cabeza, como escaneándolo. El tipo al encontrarse con una conductora mujer no bajó en lo más mínimo su molestia y diría que hasta se exacerbó más: ¡Así que ch… crees, que porque eres mujer no voy a romperte el c…! Coj… de m… Mama hue… y palabras irrepetibles junto a ademanes de pelea con puños.

La joven solo atinó a sacar un arma y hacer dos disparos al aire (¡Era una mujer policía!) y de un solo grito le dijo: ¡AL SUELO! El enervado sujeto en un triz se arrojó al piso, cruzó sus brazos por la espalda y se mantuvo allí, implorando a la policía que no le haga daño.

La fornida dama de la PNP puso su zapato en la espalda del joven y allí lo mantuvo, mientras su acompañante (otra dama) estaba llamando por celular, quizás pidiendo un patrullero para detener al atrevido sujeto.

Los demás compañeros de ruta del joven pasaban burlándose de quien estaba mansito en el suelo: ¡Ahora pues, sigue machito! ¡Habla, ahora!, ¡Se te apagó la pólvora! (Risas).

Como ví que este hecho iba a durar opté por retroceder y tomar otra salida para ir a mi destino… Cosas que pasan en las pistas capitalinas… Sigo en la vía.

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