Casi terminando el año, la opinión pública sigue observando cómo el actual gobierno se encuentra en una inacción casi absoluta, simplemente el Primer Mandatario se dedica a dar mensajes erráticos, a actos protocolares y lo peor de todo, se encuentra envuelto en serios problemas políticos y legales.

Su entorno político también ha jugado su propia derrota, obviamente bajo la venia del presidente; por ejemplo, un simbólico y fallido discurso de reforma agraria, una Premier con claros conflictos con la inversión minera en el país y como consecuencia, las principales mineras anuncian la paralización de sus actividades, con lo cual se generarán millonarias pérdidas para este sector estratégico.

Camisea y Las Bambas prácticamente se encuentran en una retirada, ante las nefastas políticas de Estado; una reforma tributaria que tiene todo el rechazo del Parlamento y de la opinión pública; un Ministro de Educación seriamente involucrado en la venta de exámenes de evaluación para los maestros peruanos; el partido de gobierno, Perú Libre, envuelto en graves investigaciones por corrupción y lavado de activos; su fundador o líder está sentenciado por actos de corrupción y, adicionalmente, un juez autoriza la incautación de los aproximadamente ochocientos cincuenta mil soles pagados como reparación civil de su condena; las visitas de proveedores del Estado en la casa del Presidente en Breña; un Ministro de Economía desorientado, cuya única preocupación pareciera ser el impuesto a las mineras.

Como si todo esto fuera poco, aparentemente, una de las visitadoras a la casa de Breña, Karelim López, habría optado por realizar una colaboración eficaz, que pondría en graves aprietos al primer mandatario de la República.

A mayor abundamiento y para seguir aumentando la lista, en el Congreso de la República, la bancada de Alianza para el Progreso pareciera que emprende una retirada en su apoyo al oficialismo, al denegar las facultades legislativas pedidas por el Ejecutivo en materia tributaria y al desaprobar la moción de censura contra la presidenta del Congreso y a su vez, exige investigaciones sobre las visitadoras en la casa de Breña. Al líder de este partido político nadie lo entiende.

Finalmente, ante todo este caos y laberinto, nuevamente es la sociedad peruana en su conjunto quien tiene que exigir al gobierno de turno, su declinación, su renuncia, en aras de la famosa “gobernabilidad” y, a su vez, el Congreso no deberá perder de vista que ellos responden a los altos intereses nacionales y no a sus negocios partidarios, en la medida que visten y comen por los impuestos que todos aportamos, producto de nuestro trabajo. Hasta la próxima semana.

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