Señor Alcalde electo, la campaña terminó; por lo tanto, los limeños que votaron por usted y aquellos que no lo hicieron, esperamos un gerente, con gestión, con visión de desarrollo urbanístico, con visión de sociedad segura, con visión y capacidad de inversión pública; los limeños esperamos un gerente con visión y con políticas concretas sobre el transporte público en la gran capital; esperamos soluciones a los problemas de saneamiento y de abastecimiento de agua para toda Lima; los limeños esperamos la expansión de las áreas verdes con programas que se encuentren en armonía con los instrumentos internacionales para el cuidado del ecosistema y, esperamos muchas cosas más, sin discursos confrontacionales, sin dividir más al Perú entre la capital y el interior del país; esperamos un discurso sereno, políticamente maduro; esperamos, en otras palabras, la reconstrucción de nuestra capital en todas sus dimensiones, puesto que la capital tiene que alcanzar el estándar de las grandes ciudades europeas, pues se lo merece por su riqueza histórica, por su ubicación geográfica y por su extraordinario clima y densidad demográfica.

Señor Alcalde electo, no podemos esperar más tiempo; hay que darle vida y técnica de gestión a todos los grandes proyectos que usted ha anunciado y para ello, necesita la armonía en la gestión, mas no en la ideología con el Ejecutivo; olvídese de aspectos ideológicos y dogmáticos, por cuanto se supone que hemos elegido a un gestor y no a un ideólogo; por lo tanto, a partir de enero, sus anuncios a la gran capital y al país entero, deberán centrarse en el inicio de sus negociaciones con la banca mundial, con las transnacionales que están en capacidad de satisfacer todas las necesidades de la gran Lima, puesto que sus proyectos tendrán viabilidad solo con recursos económicos y financieros externos, sin perjuicio de los recursos propios; para ello, deberá reorganizar el comercio ambulatorio e informal, ordenar la recaudación y adoptar una serie de medidas estratégicas de carácter inmediato, que su gestión deberá determinar.

Finalmente, ofrezca su capacidad de gestión y avance, renueve las obras públicas, invitando a la empresa privada nacional, bajo las modalidades de asociación público-privada, obras por impuestos y dejemos las polémicas ideológicas y jurídicas para los especialistas; aléjese de la discusión política porque que le pronostico que, si cae en ese juego errático, iniciarán su vacancia. Hasta la próxima semana.

(*) Abogado

ivantorreslatorre05@gmail.com

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