MORINGA: TODOS SUS BENEFICIOS

La moringa es un árbol generoso. Todas sus partes –corteza, hojas, raíz, frutos (vainas), flores, semillas…– se utilizan en la India y los trópicos para curar o prevenir varias enfermedades, como el asma o los dolores en las articulaciones, o para favorecer la producción de leche materna.

Se puede encontrar en hojas desecadas, y en el extracto se pueden añadir a ensaladas, sopas, infusiones y batidos.

Destaca por la alta proporción de hierro: en solo 5 g de hojas (una cucharada sopera) se encuentran entre 1.6 y 2.5 mg de hierro, lo que significa entre un 10 y un 15% de las necesidades diarias.

Para favorecer su absorción conviene combinarla con frutas ricas en vitamina C. Por su riqueza en este mineral está indicada en caso de anemia.

En la alimentación vegana, la obtención del calcio se distribuye entre muchos alimentos. Una cucharada de moringa aporta en torno al 10% de las necesidades diarias.

La riqueza de magnesio (24 mg) también contribuye a la fortaleza de los huesos.

Además ambos minerales son necesarios para el equilibrio del sistema nervioso y el tono muscular.

No es un nutriente fácil de obtener (se encuentra principalmente en las semillas y los aceites vegetales crudos), por lo que la moringa puede funcionar como un suplemento natural: 5 g aportan el 23% de la cantidad que se necesita al día.

Esta vitamina antioxidante es importante para proteger las membranas celulares. Además beneficia al sistema cardiovascular y estimula el inmunitario.

Más energía con vitamina B1: Su aporte es fundamental para extraer energía de los alimentos (especialmente de los hidratos de carbono) y en una cucharada se encuentra el 12% de la dosis diaria recomendada.

Rica en antioxidantes: La moringa posee más de 40 antioxidantes. Entre los que destacan la vitamina A y la quercitina.

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