LA ALMENDRA BAJA EL COLESTEROL
La almendra es el fruto del almendro y cuyo consumo se remonta en el tiempo. Los romanos ya la ingerían e incluso rociaban a los recién casados con almendras para promover la fertilidad.
Como todo fruto seco, la almendra es altamente calórica (100 g de almendras aportan 570 kcal) con lo cual ayuda a los deportistas o personas fatigadas.
Muchas personas no la consumen porque temen engordar. Sin embargo, si se consume en pequeña cantidad (un puñado de 20 almendras equivale a sólo 170 kcal) se puede obtener fibra con un gran efecto saciante (quita el hambre y evita comer algo mucho más calórico).
Las almendras también facilitan el tránsito intestinal e, igualmente, ayudan a mantener la piel joven y luminosa debido a que son ricos en vitamina E, un antioxidante natural que disminuye los radicales libres, principales causantes del envejecimiento prematuro.
Según investigaciones realizadas, las almendras ayudan a reducir los triglicéridos y el colesterol debido a su aporte en ácido oleico como en el caso del aceite de oliva.
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Por su contenido en calcio, magnesio y fósforo, las almendras son un buen alimento para proteger los huesos. Su consumo es recomendable en caso de osteoporosis.
La almendra reduce la inflamación y contiene dos ácidos grasos muy importantes, los ácidos oleico y linoleico, que ayudan a minimizar la inflamación en todo el cuerpo, que es una condición común que experimentan muchas personas. Los ácidos grasos también promueven el cabello y la piel saludables.
Igualmente, es eficaz para el embarazo. Es rico en ácido fólico, lo que ayuda a reducir la incidencia de defectos de nacimiento en los bebés. Además, también promueve el crecimiento saludable de la formación de tejido y células. Los médicos generalmente recomiendan y recetan ácido fólico a las mujeres embarazadas para mantener a sus bebés sanos.
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