María marimacha: leyenda urbana o un verdadero caso de terror
Esta historia peruana asustó a muchos pequeños en los años 80 y 90, y se hizo conocida en otros países.
María marimacha ha sido el cuento de terror que muchos abuelos y padres le contaron a sus hijos entre los años 80 y 90 con el único propósito, entretenerlos con historias que asustan.
En primer lugar, hay que indicar que este relato nació en Perú y a través de los años y la intensidad de la historia trascendió en otros países de la región.
María era una niña que se encontraba a puertas de la adolescencia. No le gustaba hacer los quehaceres de la casa y prefería estar ocioseando en su habitación o salir a jugar con los demás niños de su barrio.
María, por su forma de ser, aparentaba a simplemente vista no ser femenina y como no tenía costumbre de jugar de manera delicada, sus amigos le decían: “María marimacha”, en alusión de que es ‘machona’.
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Aparentemente en casa no había mucha economía. Su padre no la criaba y solamente vivía con su hermana y madre. La mamá vendía comida callejera en especial preparaba anticuchos cerca de un barrio de Lima.
Una mañana su madre le pide que vaya a hacer unas compras al mercado. Recibió 20 soles en la mano y la orden era traer aceite y corazón de res. Con flojera, María salió de su casa rumbo al mercadito de su localidad, pero en el camino se encontró con sus amigos que jugaban a las canicas.
Los amigos la convencieron para que se quedara a jugar con ellos, pero que apostara su dinero con la intención de que gane y tenga para las golosinas. La suerte no estuvo de su lado. María marimacha perdió y tuvo que pagar los 20 soles que le entregó su madre para el recado.
Caminando y arrastrando los zapatos, María craneaba que hacer para llevar a casa y no ser resondrada por su madre. Intentó pedir fiado al carnicero, pero se lo negó ya que tenía su mamá una cuenta pendiente.
La tumba
Cerca del barrio en donde vivía, un día antes, un vecino suyo falleció y lo enterraron en el cementerio de su localidad. Pensó algo inhumano y fue a desenterrar el cuerpo. Al verlo aún fresco, cortó su pecho y le sacó el corazón. Luego, consiguió una botella y vertió su orina dentro.
Al llegar a casa, la madre preparó los anticuchos, mientras María marimacha se fue a su cuarto. En la hora de almuerzo, no quiso comer y la hermana dudó de su reacción, pues para ella su plato favorito.
Ya en la noche, su progenitora necesitaba salir a vender sus palitos de anticuchos y le dijo a María y a su hermana que vayan con ella, sin embargo, la que decidió quedarse sola fue María.
A la hora que se fueron, la casa ya era oscura, porque no tenían servicio eléctrico. Algunos pasos se oyeron dentro de la humilde vivienda. María pensó que su madre había llegado pronto, hasta que se escuchó lo siguiente: “María marimacha, devuélveme mi corazón”.
El alma del vecino muerto llegó hasta la habitación de la pequeña, pero ella al escuchar los lamentos, del susto solo decidió esconderse en su ropero.
La madre, al retornar con su otra hija no encontraron a María por ningún lado de la casa y fueron a la calle a ver si se había escapado, pero la hermana al guardar su abrigo en el ropero pegó un fuerte grito. Encontró a María marimacha muerta y sin corazón.
Esta historia siempre ha quedado en duda si es que fue una leyenda urbana o un caso de asesinato jamás resuelto.
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