SIGUEN DESESTABILIZANDO AL PAÍS

Luego del juramento de los ministros que conforman el gabinete de Aníbal Torres, podemos concluir que no existe ni la más mínima idea de cómo organizar al Poder Ejecutivo, pues nunca existió ni siquiera un real plan de gobierno que plantee cómo conducir al país para aplicar políticas de Estado efectivas que alcancen los grandes objetivos nacionales como por ejemplo el desarrollo del agro nacional, no existe ni la mínima idea de cómo dictar las políticas nacionales en el sector energético; en cuanto al sector justicia, se aprecia una ausencia preocupante de verdaderas políticas; no existe una reestructuración en el sector que se proyecte más allá del covid; no se aprecia un compromiso en políticas medioambientales y mucho menos se ha demostrado una verdadera preocupación ante la contaminación ambiental generada por el derrame del petróleo; como si fuera poco, el flamante premier, en sus manifestaciones políticas, no ha mostrado un talante de consenso, por el contrario, ha generado controversias y confrontaciones con la prensa y con los otros sectores políticos.

Asimismo, la economía nacional no logra reactivarse, pues existe una clara contradicción entre la ideología del partido de gobierno y el sector economía y finanzas, que impide la unificación de criterios en aras de la reactivación económica nacional.
En este nuevo gabinete, el cuarto en seis meses de gobierno, tenemos nuevamente a ministros cuestionados, unos por sus capacidades y otros por sus investigaciones fiscales, como es el caso del nuevo ministro de salud, quien la Fiscalía de Junín le imputa delitos por cobros indebidos y negociación incompatible. Adicionalmente, está claro que la cuota de poder de Cerrón y Perú Libre está presente en el gabinete, motivo por el cual, se aprecia una vez más, que no es un gabinete de apertura, es decir, no convoca a referentes de alta especialización por sectores y tampoco convoca a profesionales de la política que tengan, a su vez, una experiencia técnica en gestión de gobierno.

Todo este desastre que desestabiliza aún más al país y deja servida la mesa para que actúen los diferentes mecanismos jurídicos como la vacancia y el juicio político al presidente por la vía de la acusación constitucional, dejando a su vez la decisión del pueblo, la exigencia de pedir la renuncia del actual incompetente presidente de la República.

Finalmente, esto no da para más, tiene que haber un punto final a este fatal episodio político, en la medida que, estoy seguro, que, una vez más, este gabinete dará mucho que hablar, pero lamentablemente será por sus errores y posibles actos de corrupción que traigan sobre sus espaldas o los que vayan a generar en un futuro inmediato. Hasta la próxima semana.

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