EL PERÚ CONTINÚA SIN RUMBO

Para creyentes y no creyentes y especialmente para los cristianos, la Semana Santa es una época de fe y de reflexión. Sin embargo, nuevamente, nuestro país conmemora una nueva Semana Santa sumergido en la incertidumbre.

Como lo dije en una anterior columna, el Perú está amenazado por un caos que puede quebrar la armonía en nuestra sociedad y hacernos perder todos los logros que se habían alcanzado en las últimas décadas, pese a que aún faltaba mucho por hacer; pero lo que estamos viviendo en estos tiempos, pasará a la historia por ser la peor amenaza que ha azotado al país, y es la amenaza de la incapacidad, del caos y de un modelo de gobierno comunista que quiere instaurarse para hundir a todo el pueblo en la miseria, especialmente a los que menos recursos tienen.

El caos reina en nuestra gloriosa nación en todo orden de cosas: Se enarbolan banderas “contra la corrupción”, pero se enloda nuestra historia con la interferencia política en la administración de justicia; en el Congreso siguen las mociones en contra del actual presidente de la República, a quien ahora se quiere acusar por traición a la patria; escasean los pasaportes, los DNI y hasta los brevetes, evidenciando un caos sin precedente en el acceso a la documentación de identificación, que es un derecho de todos los peruanos; el caos sigue reinando en la educación de nuestros niños y jóvenes, en medio del cuestionado retorno a las clases presenciales.

Los conflictos sociales no cesan, las carreteras se mantienen restringidas mientras seguimos en medio de tremenda crisis de seguridad ciudadana, la que ha provocado que las calles se llenen de violencia y de inseguridad para los transeúntes.

Este año culmina nuestro bicentenario como República sin pena ni gloria, opacado por todo lo que le ha sucedido al pueblo peruano en los últimos tiempos.

Como lo he sostenido y lo sostengo, el país está claramente dividido entre izquierdas y derechas enfrentadas entre sí, generando un caos político, sumado a la incapacidad de los gobernantes y políticos de turno, provocando que el Perú pierda el rumbo, y eso es lo que precisamente buscan ideologías trasnochadas que pretenden sembrar el anarquismo en el país, con la intención de romper el actual sistema para instaurar un “nuevo orden social”, enarbolando falsas banderas de democracia y llenándonos de frases edulcoradas.

Nuevamente me pregunto: ¿Dónde está el sentido común de las cosas? ¿Dónde están los sabios y los líderes de nuestra nación? Necesitamos reflexionar, virar nuestros objetivos nacionales y recuperar el rumbo de nuestro glorioso Perú, conduciéndolo hacia la una real moralización y recuperación de los valores; enarbolemos la bandera de la verdadera justicia, eduquemos a los niños y jóvenes inculcándoles el respeto por el prójimo y el amor a nuestra nación. Hagamos votos para que el Perú resurja y podamos recuperar el rumbo del crecimiento, del progreso y de la armonía entre peruanos. Hasta la próxima semana.

(*)Abogado
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