AYACUCHO: CON JÚBILO CELEBRAN LA RESURRECCIÓN DEL HIJO DE DIOS
Hugo Ned Alarcón
Luciendo sus mejores galas el pueblo de Ayacucho, que ha vivido contra los misterios pascuales, acompañó con júbilo la apoteósica procesión de la imagen de Cristo Resucitado.
El Santo salió de la Basílica Catedral en hombros de más 300 fieles.
La tradicional, se inició con la demostración de fe donde miles de devotos aguardaron la noche en vela para luego exteriorizar su creencia.
Las andas de color plateado y de buen tamaño contrastaron con los cirios encendidos y el color azulino del nuevo día.
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Cristo Resucitado ingresó al perímetro de la Plaza Mayor de Huamanga, como reverente saludo, se encendieron las chamizas o retama seca, el fuego y el humo crearon una atmosfera llena de simbolismos que escapó a cualquier descripción.
La majestuosa anda de Cristo Resucitado se deslizó suavemente sobre las cabezas de miles de fieles y se llenaron de fe. El clímax de la fiesta.
Asimismo, en cada esquina de la plaza se prendieron castillos de fuegos artificiales y durante el tiempo del recorrido de la venerada imagen estallaron cohetes y bombardas.
La propia vestidura de Cristo deslumbró y poco a poco las tinieblas cedieron el paso a la luz (como indica San Juan en su Evangelio) y el Cristo Triunfante, el Señor de la Vida, el Resucitado, dio la vuelta al perímetro de la Plaza Mayor de Huamanga en medio de cánticos y plegarias.
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