“EL VOTO DE PEDRO CASTILLO ES CULTURAL”

Para el analista político Juan Antonio Bazán la elección de Pedro Castillo tiene un factor cultural, hasta calificar el “voto como arcaico”, descartando que se trate de un voto de protesta, añadiendo que el “voto cultural, se impuso incluso sobre el miedo”.

  • ¿Cuál es el análisis de la elección de Pedro Castillo?

Mi hipótesis es que el voto por Pedro Castillo es principalmente un voto cultural, y, más exactamente, un «voto arcaico». De ninguna manera se trata de un voto de protesta, y menos alpinchista. En esta elección, la cultura actúo como capa subyacente respecto de la política. Se trata de un comportamiento electoral signado por el arcaísmo de la mirada que en esta oportunidad vió a la sociedad peruana en blanco y negro, sin matices.

  • ¿Ha habido búsqueda de una representación cultual?

Los electores de Pedro Castillo han buscado, consciente o inconscientemente, hacerse representar por un arquetipo ficcional de hombre del mundo serrano y rural. Por supuesto, en gran medida es la contraposición actual al mundo de la costa y a sus candidatos y a su clase política en general. Ocurre que el voto cultural se ha impuesto incluso sobre el miedo pandémico. En esta elección, el miedo de la muerte, de la falta de oxígeno y de camas UCI, y de la falta de comida, debió determinar la preferencia electoral en favor de un candidato de aquellos que supuestamente brindan certidumbre y seguridad para la sobrevivencia. Es más, lo normal sería que el miedo formara parte de nuestro contrato social pandémico. Pero, el peruano, sobreviviente histórico, ha demostrado que no tiene miedo: Nuestro último medio siglo tendría dos votos arcaicos, ambos de entre guerras: Me refiero al voto por el primer Alberto Fujimori, en 1990, en plena guerra interna contra Sendero Luminoso, y al voto por Pedro Castillo, en este 2021, en plena guerra biológica contra el coronavirus.

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  • ¿Qué propone en sus análisis?

Lo que propongo es que el análisis político y social asuma la tarea de construir una genealogía del caso Pedro Castillo, porque de no hacerlo, y quedarnos en el presentismo ahistórico de la matemática electoral, esta cultura política pudiera devenir en encriptada. Los valores expresados por Castillo también son arcaicos; por ejemplo, ha ofrecido como nuestro paradigma el modelo económico boliviano y le ha ofrecido látigo ronderil a Gustavo Gorriti. Castillo pudiera ser incluso parte del proyecto histórico de Sendero Luminoso, pero hasta eso no le importa al elector cultural.

  • ¿Puede ser Pedro Castillo el próximo presidente del Perú?

Pedro Castillo le puede ganar la elección a Keiko Fujimori. Por el proceso de desfujimorización, y por las propuestas políticas post materiales que han ocupado el lugar central del debate y que han determinado la preferencia electoral. Este proceso electoral ha significado la más grande desfujmorización del Perú. Rafael López Aliaga, al resemantizar a la derecha, ha llevado a cabo la tarea de expulsar al fujimorismo de un territorio político, y por tanto electoral, que venía usurpando por treinta años. Así, el fujimorismo, que en su momento fue capaz de apropiarse del discurso económico liberal, no sería capaz hoy de asumir categorías post materiales como son pro vida, pro familia, anti ideología de género, y anti caviar. En tanto que, paradógicamente, la izquierda tradicional que representa Pedro Castillo sí tiene coincidencia programática con la nueva derecha. Ello hace posible que en la segunda vuelta electoral pudiera producirse un cierto juego de enroque en el cual la vieja y la nueva derecha vuelvan la mirada hacia la izquierda tradicional, y la nueva izquierda y la izquierda caviar giren la mirada hacia el fujimorismo.

  • ¿Pero el fujimorismo ha cambiado?

Por su parte, el fujimorismo también se ha rearcaizado. El acercamiento simbólico entre Keiko y Alberto Fujimori ha potenciado la candidatura de Keiko en la primera vuelta hasta casi el 13% de los votos, pero podría desfavorecer el desempeño de la candidatura de Keiko en la segunda vuelta, pues el antifujimorismo es fundamentalmente un cuestionamiento ético.

Con el fujimorismo ocurre que su rearcaización le ha sido positivo en primera vuelta, pero por lógica y por moral le es negativo en segunda vuelta. Por su parte, el fujimorismo también se ha rearcaizado. El acercamiento simbólico entre Keiko y Alberto Fujimori ha potenciado la candidatura de Keiko en la primera vuelta hasta casi el 13% de los votos, pero podría desfavorecer el desempeño de la candidatura de Keiko en la segunda vuelta, pues el antifujimorismo es fundamentalmente un cuestionamiento ético. Con el fujimorismo ocurre que su rearcaización le ha sido positivo en primera vuelta, pero por lógica y por moral le es negativo en segunda vuelta. A no ser que Keiko vuelva a repudiar al padre y a Vladimiro Montesinos para la segunda vuelta.

  • ¿Cómo vio el voto joven?

Los jóvenes de entre 18 y 30 años (se ha extendido la cronología de la categoría juventud) son electronales. Captan conocimiento y construyen su intersubjetividad a partir de su condición de homo videns. Tienen una afección por el antihéroe, por el personaje débil. Incluso fueron a las marchas llevando consigo a Vegeta, a Pikachu, etc.

La llamada Generación Bicentenario ha cambiado la utopía por la heterotopía. Si la utopía era el mundo imaginado a futuro, la heterotopía es el mundo alterno pero actual. Me refiero a qué Pedro Castillo en primera vuelta es el personaje rural y del mundo andino, pero él Pedro Castillo de la segunda vuelta ya empezó a caminar hacia la ciudad y a occidentalizarse. De Pedro Castillo a Peter Castle.

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