“ECONOMÍA PERUANA RETROCEDIÓ UN EQUIVALENTE A 20 AÑOS”

En conversación con EXTRA el analista económico César Peirano, señaló que las cifras están en negativo y el desempleo de alcanza el 40% de la población económicamente actividad, así el especialista indica que tres millones de personas volverán a la pobreza, lo cual significa un retroceso de casi 20 años.

  • ¿Cuál es su apreciación desde el punto de vista económico del año?

Este 2020 ha sido una catástrofe para la economía del Perú. Estamos ante la peor crisis económica de la historia del Perú. Los estimados de caída del PBI continúan subiendo desde -12% hasta -15%, el desempleo alcanza a más del 40% de la PEA y unos 3 millones de personas retornarán a la pobreza. Esto significa un retroceso de casi 20 años y no es posible achacar todos estos resultados a la pandemia. Los precios internacionales de los metales han mejorado significativamente al igual que los términos de intercambio. Por lo que es notorio que buena parte de estos resultados son debidos a una mala gestión económica del gobierno. La lentitud y la falta de audacia en el manejo de las compras e inversión públicas han logrado empeorar la crisis y alargar la recuperación en el tiempo. La responsabilidad por este fracaso es enteramente de la exministra de Economía y del expresidente Vizcarra.

  • ¿Cuáles fueron los errores de las autoridades económicas peruanas el 2020?

Principalmente veo tres errores garrafales de la exministra Alva en el MEF. El primero es haber desnaturalizado el programa Reactiva Perú que propuso el BCRP. Los cambios que el MEF introdujo impidieron que las microempresas y pequeñas empresas alcanzaran los créditos, promoviendo que los propietarios y trabajadores salgan a las calles a vender sus productos. Propagó el virus y destruyo la economía de estas empresas. El segundo es la lentitud e insuficiencia del programa Arranca Perú. Este programa debió iniciarse en abril o mayo, en sectores con poca exposición al COVID 19. Sin embargo, este programa y la reapertura de actividades formales han tomado demasiado tiempo. Esto produjo un gran retroceso de la producción e hizo que los montos proyectados sean ahora insuficientes para la magnitud del problema. Ambos errores se deben a lo que considero el tercer y mayor error de la ministra, que es su falta de liderazgo e iniciativa dentro del gobierno, debido principalmente a su falta de experiencia. El MEF fue siempre una isla de eficiencia dentro del sector público, lo que le adjudicaba al ministro del sector un suprapoder dentro del gabinete. Pero ejercer un poder de esta naturaleza requiere de un conocimiento del país y de Estado muy grande. La exministra Alva ha demostró un desconocimiento cabal de la realidad peruana, de la informalidad reinante, de la cultura de los peruanos y del sector que regentaba. Esta situación la puso en desventaja dentro del gabinete anterior, pasando a un segundo plano y permitiendo que se tomen decisiones que han llevaron a los desastrosos resultados que vemos hoy.

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La informalidad representa más del 70% de la fuerza laboral, pero solo el 20% de la economía. Es un sector con baja productividad, pero intensivo en mano de obra. Por lo tanto, en el supuesto que pagara la totalidad de impuestos, su aporte sería marginal. El peligro para el fisco está en las PYME que pasarán a la informalidad debido a su quiebra formal. Esto sucedió en 1998 con la crisis asiática al romperse la cadena de pagos. Demoró casi 10 años recuperarnos de esto. No existe un estimado específico del impacto de las quiebras sobre la recaudación, pero el déficit fiscal se estima que será mayor al 10% este año.

La banca y las AFP han sufrido por la contracción de la economía y por las decisiones del Congreso. Los bancos han podido sobrellevar la caída de las transacciones y los créditos gracias al programa Reactiva Perú. Sin embargo, la contracción económica ha reducido drásticamente las transacciones y los créditos, además del aumento de la morosidad de los créditos personales, lo que ha afectado su flujo de dinero. En el caso de las AFP, el retiro del 25% de los fondos y el empeoramiento de la situación financiera han deteriorado sus posiciones, disminuyendo el capital invertido.

  • ¿Qué se debió hacer desde la conducción económica del país?

Se debió aceptar que la cuarentena fracasó desde el 15 de abril. Para esa fecha era comprobable que la epidemia no estaba controlada y que los efectos para la economía eran desastrosos. En esa fecha se debieron abrir sectores como la minería, la construcción, la pesca y la agricultura, con el fin de reactivar la actividad económica. Por otra parte, no se debió contraer la inversión pública (retrocedió casi 30% el primer trimestre del 2020) y el gobierno central debió implementar un plan agresivo de compras públicas de manufacturas peruanas. Además se debieron destrabar los proyectos de inversión privada en minería y otros sectores. Por último, se necesitaba mejorar la ejecución del gasto público en todos los niveles del Estado. Es un crimen que en plena pandemia no se ejecutara ni el 20% de los presupuestos para enfrentar este problema.

  • ¿Cuáles son las perspectivas para el 2021?

Normalmente los períodos de elecciones retraen las inversiones por la incertidumbre que los candidatos antagónicos generan. El escenario para el 2021 no es nada positivo para los inversionistas: casi todas las alternativas se encuentran posicionadas entre el comunismo y el populismo irracional, y no se ve una alternativa viable para la reconstrucción del país, que es lo que verdaderamente se necesita. Por otra parte, un gobierno que ha empezado a mostrar debilidad y que carga a cuestas su enorme fracaso con los resultados del COVID 19, no genera mayor confianza. Si a esto sumamos las decisiones erráticas del Congreso, pues no quedan mayores alternativas de positivismo en cuanto a las futuras inversiones. Habrá que esperar a que el escenario se despeje a partir de junio de 2021.

Los sectores de la economía que deben ayudar a sobrellevar la crisis durante el 2021 son principalmente dos: la minería para acelerar la inversión de 60 mil millones que tenemos en cartera y el gobierno a través de la inversión y el gasto público. El gobierno debe destrabar inmediatamente los proyectos mineros más grandes, como Tía María, Conga, Río Blanco, Yanacocha, Pampa de Pongo, Zafranal, Haquira, Los Chancas, Cañariaco, Galeno, La Granja, Michiquillay y otros. En las etapas de construcción de las operaciones mineras es donde se requiere mayor cantidad de mano de obra. En el caso del gobierno, deben gestionar un crédito de gobierno a gobierno (no solo gestión como han hecho con Gran Bretaña) con China u otro país por 50 años, para la construcción de infraestructura productiva que genere en el corto plazo al menos 2 millones de empleos. Por ejemplo, un programa de represamiento de agua masivo en la sierra, para regular el abastecimiento de agua a la agricultura, generar energía limpia mediante hidroeléctricas (podríamos exportar energía eléctrica a Chile y Argentina, como Canadá con Estados Unidos) y evitar los desastres por deslizamientos. Luego llevar adelante un agresivo programa de compras públicas de al menos 10% del PBI, priorizando la participación de las pequeñas y medianas empresas, y de los jóvenes.

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